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Es bueno saberlo
Aunque todas estas trufas son Tuber melanosporum, no son prácticamente iguales. Varían según el grado de calidad, lo que afecta a su precio y apariencia. Aquí tienes lo que puedes elegir:
Las trufas negras de calidad extra son lo máximo en presentación de alimentos. Son las más grandes del grupo y son ideales para su uso en restaurantes, ya que no tienen imperfecciones visuales.
Las trufas negras de grado A son un poco más pequeñas que esas, pero aún así son lo suficientemente grandes como para sorprenderte. Pueden tener pequeñas imperfecciones en la superficie.
Las trufas negras de grado B son las más pequeñas y hermosas, con forma de bola, de entre 1 y 3 cm de diámetro. Su peridio puede presentar algunas grietas, cortes o rasguños.
Dejando a un lado las diferencias, todos tienen un sabor distinto al de cualquier otro.
Dividimos las trufas frescas de la especie Tuber Melanosporum en:
- Grado EXTRA
- Grado A
- Grado B
- Pedazos rotos
- Rebanadas
Borgoña blanco : una opción clásica, el Borgoña blanco (elaborado con Chardonnay) ofrece un equilibrio entre una acidez fresca y una cremosidad suntuosa. Sus sutiles notas de roble realzan el sabor de la trufa sin dominarlo.
Barolo : Este vino tinto intenso, elaborado con la uva Nebbiolo, es conocido por sus sabores y aromas complejos. Los taninos del Barolo combinan a la perfección con las notas umami de la trufa negra.
Pinot Noir : Conocido por su elegancia, un buen Pinot Noir de regiones como Borgoña u Oregón presenta notas frutales y terrosas que complementan la profundidad de la trufa.
Champán : Para un final espumoso, elija un champán intenso. Sus burbujas y su acidez contrastan con la cremosidad de la trufa y crean un delicioso contraste.
Sangiovese : esta variedad italiana, especialmente de Toscana, ofrece una acidez brillante y notas de cereza que combinan bien con la terrosidad de la trufa.
Pasta : ¡Una opción clásica! Platos de pasta sencillos como fettuccine o tagliatelle, aderezados con mantequilla o aceite de oliva, permiten que la trufa brille.
Huevos : Ya sean revueltos, escalfados o fritos, los huevos son una base rica para los sabores terrosos de las trufas negras.
Risotto : Un risotto cremoso enriquecido con trufas negras crea un plato lujoso que calienta el alma y emociona el paladar.
Patatas : Desde puré de patatas cremoso hasta patatas fritas crujientes, las patatas adquieren maravillosamente el sabor profundo y aromático de las trufas.
Quesos : Los quesos duros como el Parmigiano-Reggiano o los blandos como el Brie son excelentes compañeros que realzan el perfil único de la trufa.
Carne : Las trufas realzan el sabor de carnes como la de ternera, pato o caza. ¡Una pizca de trufa fresca eleva cualquier filete a la categoría de gourmet!
Sopas : Incorpore trufas a sopas cremosas, como las de papa o de champiñones, para agregar una profundidad extra que sea simplemente irresistible.

Orígenes ancestrales de la trufa negra fresca
Las trufas negras tienen una historia fascinante que se remonta a siglos atrás. Famosas entre los gourmets y los amantes de la comida, a estas lujosas se les atribuyen a menudo propiedades mágicas.
La historia de las trufas negras comienza en la antigua Grecia y Roma, donde eran famosas por su sabor único y sus cualidades aromáticas. Los griegos creían que las trufas eran un regalo de los dioses, mientras que los romanos las utilizaban en banquetes suntuosos para demostrar su estatus de lujo.
Tentaciones medievales
Durante la Edad Media, las trufas negras cayeron en el olvido, en gran medida debido al auge de las supersticiones y la creencia de que estaban asociadas a la brujería. Sin embargo, volvieron a ponerse de moda durante el Renacimiento, cuando las artes culinarias florecieron y los chefs comenzaron a explorar la profundidad del sabor que podían aportar a sus platos.
Mundo moderno
Hoy en día, las trufas negras son más populares que nunca. Chefs de todo el mundo están incorporando estas delicias terrosas a sus menús, mejorando todo, desde la pasta hasta la pizza. La demanda de trufas negras frescas se ha disparado, lo que ha llevado a la creación de granjas de trufas y al uso de perros y cerdos adiestrados para encontrar estos tesoros ocultos.
Aventura culinaria
El encanto de las trufas negras frescas se conserva gracias a su sabor y aroma distintivos. Ralladas sobre un plato o infusionadas en aceites, transforman platos comunes en experiencias extraordinarias. Mientras seguimos celebrando esta maravilla culinaria, el legado de las trufas negras sigue siendo tan rico y aromático como siempre.
En resumen, el viaje de la trufa negra fresca es una fascinante historia de evolución culinaria. Desde los lujos ancestrales hasta las cocinas modernas, ¡estos tesoros siguen inspirando a los chefs y deleitando a los amantes de la comida de todo el mundo!